La confianza vende más que el conocimiento
Todo el que haya visto en acción a un buen vendedor que, por la razón que sea, tiene conocimientos limitado o erróneos sobre la parte más técnica del producto que vende me dará la razón. Se puede se extremadamente persuasivo sin tener ni puñetera idea de lo que dices. Yo lo he visto en acción y, aunque todo buen vendedor debe conocer su producto, un buen vendedor es capaz de hacer maravillas con un producto que prácticamente desconoce. ¿El secreto? Aunque parece sabiduría popular, el secreto está en creérselo. La confianza es más importante que el conocimiento.
Esta intuición que todos podemos tener a partir de nuestra experiencia ha sido refrendada por un estudio de Dan Moore del Center for Behavioral Decision Research del Carnegie Mellon. ¿Lecciones para el común de los mortales? Si estáis a punto de vender una idea necesitáis, por encima de todas las cosas, confianza en lo que vais a expresar.
Yo personalmente tengo una cabeza un tanto científica. Siempre le estoy buscando los peros a las cosas. No me gustan las afirmaciones categóricas. Quizá por eso soy pésimo vendiendo ideas en mi vida cotidiana y me tengo que forzar a buscar el tipo de expresiones simplificadas y pegadizas que son necesarias para “vender” (o convencer, o persuadir o entretener) cuando doy una conferencia o redacto para un cliente.
Todo el que haya visto en acción a un buen vendedor que, por la razón que sea, tiene conocimientos limitado o erróneos sobre la parte más técnica del producto que vende me dará la razón. Se puede se extremadamente persuasivo sin tener ni puñetera idea de lo que dices. Yo lo he visto en acción y, aunque todo buen vendedor debe conocer su producto, un buen vendedor es capaz de hacer maravillas con un producto que prácticamente desconoce. ¿El secreto? Aunque parece sabiduría popular, el secreto está en creérselo. La confianza es más importante que el conocimiento.
Esta intuición que todos podemos tener a partir de nuestra experiencia ha sido refrendada por un estudio de Dan Moore del Center for Behavioral Decision Research del Carnegie Mellon. ¿Lecciones para el común de los mortales? Si estáis a punto de vender una idea necesitáis, por encima de todas las cosas, confianza en lo que vais a expresar.
Yo personalmente tengo una cabeza un tanto científica. Siempre le estoy buscando los peros a las cosas. No me gustan las afirmaciones categóricas. Quizá por eso soy pésimo vendiendo ideas en mi vida cotidiana y me tengo que forzar a buscar el tipo de expresiones simplificadas y pegadizas que son necesarias para “vender” (o convencer, o persuadir o entretener) cuando doy una conferencia o redacto para un cliente.
Via Neuromarca
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