Engáñame una vez y es tu culpa. Engáñame dos veces y es la mía.

Engáñame una vez y es tu culpa. Engáñame dos veces y es la mía.
Intente explicar lo que me hizo sentir mal. Trate de explicarme diciendo lo que me hizo sentir mal. Me explique para que supieras lo que me hizo sentir mal. No obtuve nada, no me dijiste nada que no supiera de antemano, no me sorprendiste. Me hiciste sentir mal (otra vez), me heriste (otra vez) me expusiste (otra vez).
Diablos. ¿Tantos "otra vez"? ¿Caí otra vez? ¿Necesité escribirlo y contarlos para darme cuenta en lo que me metía? Que no “jugaba” como yo pensaba o simplemente que no se jugar? ¿O quise hacerme la ciega?
Tienes toda la razón, no mentiste. Yo me mentí. Creo que no me engañaste. Se que no me engañaste, la única que se engaño fui yo.
Dicen que la tercera es la vencida, yo creo que no, que en casos ni siquiera hay necesidad de una segunda. Una cosa es tener Fe en las personas, y otra cosa es engañarte a ti mismo. Diablos. Me mostré vulnerable y hasta ingenua. En serio soy ingenua? Me da risa. Pero está bien, finalmente aprendí que la segunda fue mi culpa. Aprendí algo.