“Hablando se entiende la gente”
Por: Samuel Gómez Luna Cortés
Comúnmente utilizamos palabras que desconocemos su origen o su verdadero significado. Esto poco debe alarmarnos ya que, usualmente, la costumbre hace la regla, y el uso que la mayoría le dé a las palabras será su nueva utilización o significado. Hay tiene, por ejemplo, que usamos indiscriminadamente la palabra “ocupo”, por la de “necesito”. Uno ocupa un lugar en el espacio; como “ocupar un asiento”. Y el “necesito” es la acción de requerir algo, por ejemplo: necesito llegar a tiempo al trabajo. Existe también un uso muy difundido que es el “modismo” o “regionalismo”. Y nuestro estado, concretamente nuestra Guadalajara, es famosa por los modismos que utilizamos.
Hay otras palabras que tienen origen náhuatl, y que usamos a diario como:”guajolote, chile, petate, molcajete”. Nuestro idioma es más rico de lo que nos imaginamos, no solo tenemos palabras castellanas puras, sino que usamos muchas griegas y latinas. Todos hemos escuchado hablar del “psicólogo” (psique= mente, logo: tratado). Y la mayoría de nosotros vamos a la “Iglesia”. Usamos muchas palabras árabes como: azul, albóndiga, alelí, jazmín.
Les decía que la costumbre hace regla, y si no me lo cree, consulte el diccionario. La palabra que antes utilizábamos para “hablar mucho y no decir nada” es “anacoluto”. Pero como nuestro mimo, el genial Cantinflas hizo época, se aceptó el término “cantinflear”. Hay otras más simpáticas y que son expresiones como “me di en la madre”. Esta frase, pese a lo que consideramos, no es una grosería ni una falta a las buenas costumbres que el buen Lebrija nos dejó. “Darse en la madre” era una expresión muy utilizada por los marinos, y por los alarifes (otra palabra árabe), cuando se pegaban en “la madre” que es la viga principal de un barco o de una construcción.
Hay más palabras que hemos utilizado indiscriminadamente, pero como el tiempo abrevia y si es “breve es doblemente bueno” en próximas entregas les platicaré un poco sobre las letras y sus misterios. Y la próxima ocasión que entre a una construcción, cuide su cabeza, no vaya a ser que “se de en la madre”.
Hasta la próxima¡¡
Por: Samuel Gómez Luna Cortés
Comúnmente utilizamos palabras que desconocemos su origen o su verdadero significado. Esto poco debe alarmarnos ya que, usualmente, la costumbre hace la regla, y el uso que la mayoría le dé a las palabras será su nueva utilización o significado. Hay tiene, por ejemplo, que usamos indiscriminadamente la palabra “ocupo”, por la de “necesito”. Uno ocupa un lugar en el espacio; como “ocupar un asiento”. Y el “necesito” es la acción de requerir algo, por ejemplo: necesito llegar a tiempo al trabajo. Existe también un uso muy difundido que es el “modismo” o “regionalismo”. Y nuestro estado, concretamente nuestra Guadalajara, es famosa por los modismos que utilizamos.
Hay otras palabras que tienen origen náhuatl, y que usamos a diario como:”guajolote, chile, petate, molcajete”. Nuestro idioma es más rico de lo que nos imaginamos, no solo tenemos palabras castellanas puras, sino que usamos muchas griegas y latinas. Todos hemos escuchado hablar del “psicólogo” (psique= mente, logo: tratado). Y la mayoría de nosotros vamos a la “Iglesia”. Usamos muchas palabras árabes como: azul, albóndiga, alelí, jazmín.
Les decía que la costumbre hace regla, y si no me lo cree, consulte el diccionario. La palabra que antes utilizábamos para “hablar mucho y no decir nada” es “anacoluto”. Pero como nuestro mimo, el genial Cantinflas hizo época, se aceptó el término “cantinflear”. Hay otras más simpáticas y que son expresiones como “me di en la madre”. Esta frase, pese a lo que consideramos, no es una grosería ni una falta a las buenas costumbres que el buen Lebrija nos dejó. “Darse en la madre” era una expresión muy utilizada por los marinos, y por los alarifes (otra palabra árabe), cuando se pegaban en “la madre” que es la viga principal de un barco o de una construcción.
Hay más palabras que hemos utilizado indiscriminadamente, pero como el tiempo abrevia y si es “breve es doblemente bueno” en próximas entregas les platicaré un poco sobre las letras y sus misterios. Y la próxima ocasión que entre a una construcción, cuide su cabeza, no vaya a ser que “se de en la madre”.
Hasta la próxima¡¡
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