“Si yo fuera presidente…”Por: Samuel Gómez Luna Cortés
Han terminado las jornadas electorales. Los ganadores; con bríos y fanfarrias festejan el apoyo y secundan la voz de los votantes. Los perdedores; utilizan las mismas y consabidas críticas al sistema “mal conteo de votos, trasfondos políticos”, etc. Pero antes de celebrar o armar la gresca por la pérdida de poder. Consideremos prudente un análisis en carácter personal que busque traernos luz en esta amarga soledad de la ignorancia.
Votar o no votar; defensores y enemigos del mismo (deje usted que realmente cuenten el voto y respeten la desiciòn de la mayoría) tuvieron un enfrentamiento de largos discursos y poca energía. Al final; el voto en blanco, o anulado tuvo un porcentaje electoral que avisa a los responsables gubernamentales que el pueblo ya no está, ni por curiosidad, de acuerdo a sus acciones.
La poca actividad y participación en los comicios reflejaron el apatismo y dura, pero silenciosa crítica contra los políticos, para ciertos partidos políticos esta inacción les causó perder “el hueso”, sino hasta el registro.
Como todas las peleas entre grupos de poder se dividían en un inicio por guerras internas, después, llegando a los extremos liberales y conservadores. La pelea por adquirir terreno en la confianza de los electores se ha vuelto más rigurosa; ahora no será tan sencillo convencer a la gente, ni sentirse “amos y señores de la voluntad popular”.
Creo que los mexicanos estamos tomando mayor conciencia personal, lo que refleja un interés dilatado por accionar los mecanismos contra aquello que nos parece incorrecto. Pero, ¿realmente tenemos la cultura suficiente para elegir lo que a la mayoría convenga? Este debate lo iniciaron los griegos, que peleoneros y todo, nos dejaron la gloria de la “DEMOCRACIA”. Los romanos lo perfeccionaron y dejaron los principios y nombres que aún en día utilizamos para definir alegatos políticos y encrucijadas civiles.
Poca gente vota por los ideales (ya que a veces los mismos políticos son los primeros en romper el ideal que representa su partido). En México, con todo y todos podemos creer que existen dos tendencias; liberalismo y conservadores.
Otros más, apoyan a los colores de su elección, y no faltan, dicen los maledicientes, que hay quien vota por tal candidato por su carisma y su galantería.
Le dejo de tarea que analice su participación personal, y como dicen mis amigos los budistas “no podemos evitar la tormenta, pero sí cerrar la ventana”. Por mi parte, seguiré leyendo y escribiendo, que no encuentro ariete más poderoso para externar mi pensamiento: “Viva Juárez”…
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