Estamos en un año de gran importancia. No sólo por estar con vida, sino que festejaremos el Bicentenario de la Independencia, y el Centenario de la Revolución Mexicana.
Jalisco no puede, ni debe, quedarse rezagado a tal festividad, y más porque en nuestro estado hubo momentos de extrema luminosidad que ha 200 años siguen asombrándome.
Tenemos el caso del heroico, y mal estudiado y peor recordado “Amo Torres”. Quien con verdadero amor a la libertad y en justicia del hombre sabio, fue uno de los caudillos insurgentes que verdaderamente cumplió de forma cabal su entender de la libertad sin el recelo enconado de las venganzas. Teniendo para su fortuna personal haber sido protagonista, y gran vencedor de la famosa batalla de Zacoalco (hoy Zacoalco de Torres). El haber entregado el mando de la capital de la Nueva Galicia a don Miguel Hidalgo, sin la necesidad de hacerse notar con bárbaras muestras que toda revolución conlleva.
Su aportación a la causa, fue admirada por su valor, coraje y justicia hasta por sus enemigos, ya que veían en él a un hombre de ideas claras y de poca estimación al derramamiento de sangre. Hombre de sensibilidad extrema, que aún a sabiendas que en cualquier momento los realistas podían capturarlos, liberaba “enemigos” y hasta el indulto y su afecto compartía.Creo que con extrema justicia y verdad que el “Amo Torres”, no sólo debe ser recordado por su valentía, ni por ser el primer mártir de la guerra de Independencia. Considero que debe ser visto a este hombre desde la grandeza de su actuar, desde la sensibilidad del hombre que buscó entregar a sus hijos y hermanos el delicioso fruto de la libertad que muchos llamamos felicidad.
Por Samuel Gómez Luna Cortés
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