Samuel Gómez Luna Cortés
He vuelto a tener el mismo sueño. Bueno, a decir verdad, la misma pesadilla. Mis sueños son más o menos similares; esa estructura que me recuerda mucho a las pinturas de Dalí.
Quizá mis pesadillas son igual de aterradoras que las de los demás, pero sólo el que las sueña sabe lo tremendas que son. Me gusta soñar y creo con justa razón que fue la primera de las artes estéticas que el hombre disfrutó. Romper barreras posibles con la realidad y hacer posible lo inimaginable. Lamentablemente, existen esos terrores nocturnos.
Por lo que he visto y mucho que he escuchado con mis amigos y familiares cercanos. La mayoría sufre en sus pesadillas por persecuciones, o que son atacados por animales. La verdad, mis pesadillas son diferentes, porque a sabiendas de que estoy soñando, me resigno con la frialdad del filósofo de que estoy en medio de un laberinto humano.
Al igual que mis sueños agradables, mis pesadillas son siempre las mismas. Sueño que estoy en el mismo lugar y bajo las mismas circunstancias, aunque no siempre con las mismas personas.
Poco me servirá decirles qué soñé, siempre que se narra la pesadilla parece disminuida dramáticamente. Pero la sensación vivida es perturbadora, terriblemente perturbadora.
Yo disfruto del soñar y me resigno a que varios sueños son pesadillas, y en ratos he considerado que las pesadillas son grietas del infierno. Imaginemos y ¿por qué no?, que cuando tenemos pesadillas estamos por unos instantes en el infierno, todo es tan raro que también eso es posible….
1 comentarios:
Hola , queria felicitarte, pues tu pagina es excelente .
te mando un abrazo .
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